Motos Icónicas - parte 2
Continuamos con el placer de traerles a ustedes esas obras de arte que en el pasado nos deslumbraron y en el presente nos hacen sentir orgullo de esas épocas, donde el motociclismo se vivía a la mayor libertad y las marcas fabricantes hacían sus mejores esfuerzos por ser lideres de cada categoría. Pasemos a lo que realmente nos importa con esta segunda parte…
BMW R 80 G/S
Con la BMW R 80G/S comenzó la saga de una de las más exitosas motos de trail de todos los tiempos que ha llegado hasta nuestros días con la BMW R 1250 GS. En sus campañas de publicidad veíamos como se fusionaba una moto de carretera y una de campo, dando lo que los alemanes denominan Gelände/Straße (off road y on road).
Pero antes de que saliera el modelo a producción y se popularizase ya había intrépidos alemanes que se atrevían a hacer algo de enduro con las robustas máquinas alemanas. Era 1980, en España el concepto del trail lo asociábamos a la serie que Montesa hacía de sus motos de trial con asiento biplaza y más adaptadas para circular por los caminos; sí las famosas Montesa Cota 348 Trail. Y claro, ver un monstruoso bicilíndrico boxer adaptado para el uso off road nos parecía algo raro.
Hoy diríamos que la BMW R 80 G/S es una scrambler, y así fue durante sus ocho años de producción, desde 1980 al 1987. Fue la primera BMW especializada en dual sports y significó el principio del Trail tal y como lo entendemos hoy.
Yamaha RD 500
El corazón de la RD 500 estaba compuesto por un motor tetracilíndrico en V refrigerado por agua de 500 cm3 y dos tiempos. Contaba con el avanzado sistema Yamaha Power Valve System (YPVS) mediante el cual se podía regular el paso de los gases a través de la lumbrera de escape en función de las revoluciones del motor, de tal forma que se obtenia un mayor rendimiento.
La potencia alcanzaba los 88 CV a 9.500 vueltas, una cifra que para los estándares de hoy en día puede sabernos a poco, pero cualquiera que haya llevado mecánicas 2T podrá imaginarse sin dificultad la rabia, furia, carácter y mala leche en general que destilan todos y cada uno de ellos.
Declaraba un peso de unos 170 kg en vacío. La mecánica 2T era compacta y ligera, por lo que en comparación pesaba mucho menos que otras deportivas de la época. Destaca también la caja de cambios de extracción rápida, otra herencia del mundo de las carreras y la competición.
La Suzuki GSX-R 750 1985
Tenía un motor de 130 CV, de alta tecnología, más estrecho que los anteriores cuatro en línea y se utilizaron materiales como el magnesio, para reducir el peso al mínimo. fue básicamente una versión de calle «descafeinada» de la moto Suzuki GS1000R de carreras. Los carburadores de deslizamiento plano dieron una respuesta más rápida a la aceleración, en comparación con los carburadores de vacío. También requerían que el piloto fuera más suave con el acelerador. Era muy rápida en manos de un piloto experto, pero podía considerarse como nerviosa e incluso peligrosa para pilotos no experimentados.
Entró en el mercado internacional en marzo de 1985, aunque se presentó por primera vez en el IFMA, la Muestra de Colonia, Alemania, en 1984. La evolución de las motos deportivas modernas comenzó con la Suzuki GSX-R 750 1985. Es una verdadera clásica.
Yamaha V-Max 1200
A mediados de los 80, Yamaha quiso despuntar y revolucionar el mercado sobre todo el norte americano con un nuevo modelo que la haría famosa en las aceleraciones del cuarto de milla (400 metros). Nació la reina de la aceleración. En EE.UU como siempre han habido limitaciones de velocidad (55 millas x hora en la mayoría de estados), ha primado más la potencia y aceleración de los vehículos que su velocidad punta, prueba de ello son los grandes "muscle cars" de los años 70 con sus grandes motores V8 que sobre todo desarrollaban un gran par motor que les permitía fulgurantes aceleraciones. En 1985 cuando sale al mercado la VMax 1200, Yamaha ofrece 145 cv a 9.500 rpm en un motor V4 refrigerado por agua de 1200cc y 16 válvulas. Pero lo destacable era su entrega de potencia y par motor, ya que a 6.000 rpm se activaba el V-Boost entregando una enorme patada al piloto que hace que la moto salga catapultada ofreciendo unas sensaciones ejemplares.